Saturday, December 28, 2013

Los pechos más bonitos del Oeste



                        Los pechos más bonitos del Oeste

Un día, en Iowa City, a mitad del Medio Oeste de América, vi un volante para un negocio de table dance. Aparte del equipo usual de catorce bailarinas, presentaba una nueva estrella de striptease, Caramelita Manzana, anunciada como “Los pechos más bonitos del Oeste”. Bueno, si consideramos nuestro destino durante la vida ver las Pirámides o conocer al Papa, pues los pechos más bonitos parecen de igual importancia. Entonces fui con mis compañeros del trabajo.



En Europa, los table dances suelen estar en el centro de la ciudad, pero este lugar estuvo en las afueras, entre dos bodegas deterioradas. Desde el exterior, y de hecho también desde el interior, no se vio muy exclusivo. El precio de admisión fue barato y las bebidas no costaron más que en un bar normal. Aún podías jugar billar durante los intermedios entre los bailes. Y eso fue todo. Unas pocas luces tenues oscurecían qué tan miserable era el  lugar en realidad. Y claro, hubo música de mega-decibeles. Empezamos.



Las muchachas...la razón para todo el resto...eran una mezcla interesante de edades y contornos de cuerpo. Hacían relevos de cinco o diez minutos en el foro. Cada una traía su propia música al disc-jockey para recalcar sus encantos y seducciones—si los tenía —que no siempre era el caso. Una tanga tapó la única cosa que todavía quedaba a la imaginación para cuando terminaba cada baile.



Caramelita Manzana, la estrella de la tarde, no era alta, pero era perfectamente formada. Y como la estrella, tenía un vestuario más fino para quitar. Aunque su rutina de baile era corta, el foro estuvo rodeado de clientes, a los cuales Caramelita ofrecía algo especial. En vez de aceptar el billete introducido bajo su tanga, ella lo tomaba con las manos, lo doblaba y lo ponía sobre la nariz del cliente. Entonces lo alzaba en su escote, apretando sus pechos juntos. Eficaz, elegante y veloz. En pocos minutos su tanga estaba forrada con billetes de un dólar.



Debo confesar que no pude resistir la oportunidad de hacer que los pechos más bonitos del Oeste quitaran un billete de dólar de mi nariz bulbosa. Realmente fue la experiencia de mi vida, como estar acurrucado por una madre, teniendo algo grande, blando y aromático presionado suavemente contra tus ojos. Uno sale más pobre por un dólar pero más rico por la experiencia.



Después de su presentación, Caramelita estuvo vendiendo sus fotos y ofreció, por un costo, sentarse medio desnuda en tu regazo para una foto. Esto puede ser útil para provocar envidia entre tus amigos o para dar evidencia a tu esposa en un proceso de divorcio. No me interesó esta oferta en particular, pero sí quería saber más sobre ella. Un escritor debe hacer sus investigaciones.



Me presenté. Caramelita estuvo bastante amable, pero se detuvo mucho tiempo mirando mi tarjeta de presentación. Entonces, espontáneamente exclamó “¡Eslovakia! Casi somos compatriotas. Me llamo Halyna. Soy originaria de Ucrania.”



Sí, amigos, es la verdad. Los pechos más bonitos del Oeste en realidad son del Este.  

                                                                                                          Traducción: Lucina Kathmann
                                                                                                          Corrección: Selene González