Los pechos más bonitos del Oeste
Un día, en
Iowa City, a mitad del Medio Oeste de América, vi un volante para un negocio de
table dance. Aparte del equipo usual de catorce bailarinas, presentaba una
nueva estrella de striptease, Caramelita Manzana, anunciada como “Los pechos
más bonitos del Oeste”. Bueno, si consideramos nuestro destino durante la vida
ver las Pirámides o conocer al Papa, pues los pechos más bonitos parecen de
igual importancia. Entonces fui con mis compañeros del trabajo.
En Europa,
los table dances suelen estar en el centro de la ciudad, pero este lugar estuvo
en las afueras, entre dos bodegas deterioradas. Desde el exterior, y de hecho
también desde el interior, no se vio muy exclusivo. El precio de admisión fue
barato y las bebidas no costaron más que en un bar normal. Aún podías jugar
billar durante los intermedios entre los bailes. Y eso fue todo. Unas pocas
luces tenues oscurecían qué tan miserable era el lugar en realidad. Y claro, hubo música de
mega-decibeles. Empezamos.
Las
muchachas...la razón para todo el resto...eran una mezcla interesante de edades
y contornos de cuerpo. Hacían relevos de cinco o diez minutos en el foro. Cada
una traía su propia música al disc-jockey para recalcar sus encantos y
seducciones—si los tenía —que no siempre era el caso. Una tanga tapó la única
cosa que todavía quedaba a la imaginación para cuando terminaba cada baile.
Caramelita
Manzana, la estrella de la tarde, no era alta, pero era perfectamente formada.
Y como la estrella, tenía un vestuario más fino para quitar. Aunque su rutina
de baile era corta, el foro estuvo rodeado de clientes, a los cuales Caramelita
ofrecía algo especial. En vez de aceptar el billete introducido bajo su tanga,
ella lo tomaba con las manos, lo doblaba y lo ponía sobre la nariz del cliente.
Entonces lo alzaba en su escote, apretando sus pechos juntos. Eficaz, elegante
y veloz. En pocos minutos su tanga estaba forrada con billetes de un dólar.
Debo
confesar que no pude resistir la oportunidad de hacer que los pechos más
bonitos del Oeste quitaran un billete de dólar de mi nariz bulbosa. Realmente
fue la experiencia de mi vida, como estar acurrucado por una madre, teniendo
algo grande, blando y aromático presionado suavemente contra tus ojos. Uno sale
más pobre por un dólar pero más rico por la experiencia.
Después de
su presentación, Caramelita estuvo vendiendo sus fotos y ofreció, por un costo,
sentarse medio desnuda en tu regazo para una foto. Esto puede ser útil para
provocar envidia entre tus amigos o para dar evidencia a tu esposa en un
proceso de divorcio. No me interesó esta oferta en particular, pero sí quería
saber más sobre ella. Un escritor debe hacer sus investigaciones.
Me
presenté. Caramelita estuvo bastante amable, pero se detuvo mucho tiempo
mirando mi tarjeta de presentación. Entonces, espontáneamente exclamó
“¡Eslovakia! Casi somos compatriotas. Me llamo Halyna. Soy originaria de
Ucrania.”
Sí, amigos,
es la verdad. Los pechos más bonitos del Oeste en realidad son del Este.
Traducción: Lucina Kathmann
Corrección:
Selene González