Wednesday, August 19, 2009

Spanish Translation

EL MUNDO ES PEQUEÑO




Es siempre placentero si en el país que se va a visitar por primera vez, se tiene tiempo con alguien que pueda introducirte a las hábitos locales. En mi caso, tuve la suerte de contar con la presencia de mi colega eslovaco en la Ciudad de México, y éste cumplió con la promesa de proveer un resguardo temporal en mi viaje hacia lo desconocido.

Después de mi llegada pasamos buenos ratos disfrutando de la cerveza Bohemia y del pozole, de igual manera mi colega me acompaño a la estación de camiones y al camión con dirección a Guadalajara, sede del Congreso del PEN. Con deseos de buen viaje, mi colega no olvido de advertirme vigorosamente sobre dos posibles problemas: no ser robado por ser extranjero antes de entrar al taxi, y aún más importante, no ser robado mientras esté en el taxi. Afortunadamente, lo primero no sucedió y por lo segundo esperé aprehensivamente en la parte trasera del viejo taxi. Estuve reflexionando sobre esta cuestión y mi potencial respuesta frente al mismo y por lo tanto no realice que en un momento estaría tratando con un problema totalmente diferente. Le había dicho al taxista el nombre del hotel, Plaza del Sol, y el buen hombre realmente me llevó ahí, pero a una plaza y parque llamados Plaza del Sol. A las 5:30 a.m. paró el auto, y con un gesto internacional de despedida, me mostró que habíamos llegado. Supe que estaba en problemas. No tenía otro punto de orientación en la expandida ciudad de Guadalajara, con sus millones de gentes – sólo el nombre del Hotel Plaza del Sol, el cual desafortunadamente era el mismo de esa plaza desierta. El taxista recibió mi explicación en inglés de que yo iba a una conferencia de escritores con una natural incomprensión. No tenía nada más bajo la manga. No tenía tampoco deseo de salir con mi equipaje del taxi, pero qué podía hacer, más que repetir de manera débil el nombre Plaza del Sol, a lo cual él asentía de manera afirmativa y me ofrecía a salir del taxi. En un juego de ajedrez, esta situación no tendría ganador.

En la luz gris de la mañana miré alrededor en este país desconocido, en esta ciudad desconocida, a 10,000 kilómetros de casa, por un signo de motivación, algo que alumbrara mi camino. Y lo encontré. El taxi había parado cerca de una fila de pequeños edificios que formaban parte de la plaza. Todos esos edificios eran tiendas o restaurantes, y estaban cerrados y obscuros. Sólo uno, exactamente donde estábamos estacionados, tenía un letrero de neon con la palabra “Slovensko”. Al principio pensé que era una alucinación causada por la falta de sueño. Este letrero no era de esta parte del mundo. Estaba realmente escrito en eslovaco, no estaba en inglés “Slovakia”, o en español “Eslovaquia”, pero en nuestro natal “Slovensko”. Sólo pudo ser escrito por un esloveno que perdió su camino hacía esta parte mucho tiempo antes que yo. Alguien quien ha sobrevivido aquí y construyó un homenaje a nuestra tierra natal. Mirando este mensaje realice que desde ahora no podía errar más.

El hotel con el desafortunado nombre de “Plaza del Sol” estaba, por supuesto, del otro lado de la esquina.


Translation into Spanish by Héctor Portillo Jiménez

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